Durante su participación en el Summit País Digital 2025, Fernando Araya, CEO y cofundador de Tenpo, presentó una mirada profunda sobre el papel de la tecnología en la democratización de las finanzas y la urgencia de fortalecer el acceso al crédito formal en Chile.
En su intervención, compartió datos, reflexiones y experiencias que posicionan a Tenpo como un actor clave en la inclusión financiera del país.

¿Por qué la inclusión financiera es clave para el crecimiento de Chile?
Araya abrió su presentación destacando el propósito que guía a Tenpo desde su creación hace cinco años: construir una fintech centrada en las personas, capaz de derribar las barreras del acceso financiero.
"Hablar de la inclusión financiera es hablar de lo que nos moviliza como Tenpo. Llevamos cinco años desarrollando tecnología que permita llegar a todos los segmentos de la población, incluso a quienes históricamente han quedado fuera del sistema formal".
La compañía cuenta hoy con más de 2,5 millones de clientes y cerca de 300 millones de dólares en captaciones, cifras que, según Araya, reflejan la confianza de los usuarios en un modelo tecnológico sustentado en la transparencia y la experiencia digital.
"La tasa de recomendación neta de nuestros clientes supera el 70%, muy por encima del promedio de la industria financiera tradicional. Eso demuestra que el cliente valora una experiencia justa, accesible y moderna".

El crédito informal: una amenaza en crecimiento
El ejecutivo advirtió sobre el avance del crédito informal o “gota a gota”, un fenómeno que afecta a millones de personas en Chile y que se ha convertido en un problema de seguridad pública y social.
"El crédito informal viene creciendo de manera exponencial. Detrás de este fenómeno hay grandes estructuras del crimen organizado, que financian su actividad a través del endeudamiento de las personas más vulnerables".
Según cifras citadas por Araya, alrededor de dos millones de personas en Chile están sujetas al crédito informal, aunque el número podría ser aún mayor por la dificultad de registrar operaciones fuera del sistema financiero.
"Mientras el crédito informal crece a doble dígito, el crédito formal no ha crecido en los últimos diez años. Esta es una señal preocupante: no estamos logrando que el sistema financiero tradicional llegue a quienes más lo necesitan".

Innovación para una inclusión financiera real
Durante su presentación, Araya también compartió el caso del lanzamiento de la tarjeta de crédito con ahorro, un producto que busca ofrecer acceso al crédito formal incluso a quienes no cuentan con historial bancario o presentan antecedentes financieros complejos.
"Con esta tarjeta, todas las personas que habitan en Chile pueden acceder a crédito, salvo quienes la ley expresamente lo prohíbe. Cada cliente deposita un ahorro que le genera intereses y, al mismo tiempo, sirve como garantía de su crédito. Así, fomentamos el aprendizaje financiero y protegemos su historial crediticio".
El resultado de esta innovación ha sido significativo: más de 70.000 personas accedieron a su primer crédito formal gracias a esta herramienta.
"Esto demuestra que la inclusión financiera no se logra con discursos, sino con modelos sostenibles que combinen tecnología, educación y responsabilidad".

Un llamado a revisar el marco regulatorio
En la parte final de su intervención, Araya abordó los desafíos regulatorios que limitan el crecimiento del crédito formal y llamó a una colaboración más estrecha entre el sector público y privado.
"Tenemos que revisar los incentivos normativos para que la industria formal pueda crecer. No basta con controlar las tasas o con la política monetaria; necesitamos un marco que permita competir y llegar a la mayoría de la población".
También planteó la necesidad de debatir la tasa máxima convencional, con el fin de equilibrar la protección al consumidor y el acceso real al crédito.
"En Chile debemos preguntarnos si nuestra tasa máxima convencional está en el punto óptimo entre regular las tasas abusivas y permitir la inclusión financiera. Varios países ya están revisando este equilibrio, y nosotros también debemos hacerlo".

Finalmente, cerró con una invitación al ecosistema empresarial y tecnológico a sumarse a este propósito compartido.
"La inclusión financiera no es un desafío exclusivo del sector financiero. Es una tarea país. Pongamos nuestra tecnología, talento y creatividad al servicio del crecimiento y del bienestar de todas las personas que viven en Chile".