AVEVA ha publicado su informe Industrial Intelligence Index 2024. Según el mismo, el 89% de los líderes de la industria química concuerdan en que su organización debe aprovechar el poder de las tecnologías digitales antes de poder acelerar sus agendas de sostenibilidad.
Para muchos, la industria química es el motor de la sostenibilidad. Esta facilita nuevos modelos de negocio, como la generación de energía verde. También es fundamental para la producción de materiales más ecológicos, como compuestos de litio y fibras de carbono para su uso en baterías y vehículos eléctricos.
En cuanto al reciclaje, los esfuerzos se han centrado en la clasificación mecánica y la reutilización de materiales. La innovación en los procesos químicos demuestra cómo es posible recuperar los materiales usados a sus modelos básicos y cerrar así el ciclo de la circularidad.

En paralelo, las regulaciones referentes a esta temática crecen cada vez más. La Debida Diligencia de Sostenibilidad Corporativa (CDSD, por sus siglas en inglés) de Europa exige una divulgación más exhaustiva de la que muchas empresas estaban preparadas. Su Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono (CBAM) incrementó las exigencias para las exportaciones con altas emisiones. Los gobiernos asiáticos buscan cada vez más información sobre toxicidad y emisiones ambientales. Los accionistas y los grupos de salud pública en Estados Unidos exigen una mejor gestión ambiental. Y como consecuencia del mundo interconectado y globalizado actual, las regulaciones en un mercado pueden afectar las operaciones en otros.
Es importante ver estas regulaciones como impulsos para reimaginar las operaciones a través de una perspectiva digital. Esto se aclara porque muchos tienden a considerarlas como trampas o impedimentos.

Al aprovechar tecnologías digitales industriales como el Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial (IA), las empresas químicas son capaces de transformar estas limitaciones en oportunidades para diseñar modelos de negocio más sostenibles y abrir nuevas vías de crecimiento hacia un futuro con bajas emisiones de carbono.
Covestro observó cómo la innovación de procesos genera beneficios similares. Si bien los productos plásticos y poliméricos aún no están totalmente cubiertos por las normas de Ecodiseño de la Unión Europea de 2024, la marca se comprometió en lograr cero emisiones netas de alcance 1 y 2 para 2035. Por ello, ya diseña polímeros ecológicos revolucionarios que utilizan materias primas renovables de origen biológico, además de implementar la eficiencia energética y de los materiales en todos los ciclos de producción.
Asimismo, el software de simulación de procesos con IA ha sido indispensable para lograr estos objetivos. Lo anterior permitió a Covestro modelar nuevos procesos a lo largo de la cadena de valor: predecir el comportamiento de su revolucionario polímero ecológico, comprender la mejor manera de producir productos sostenibles a escala y sugerir métodos de fabricación más rápidos y con menor consumo energético.

Exportar esos procesos a un gemelo digital de sus operaciones produjo nuevas ventajas para el fabricante de materias primas de poliuretano y policarbonato. Con una plataforma única y fácil de usar que une diferentes unidades operativas, Covestro ha mejorado la transparencia y la trazabilidad de los procesos. A la par, redujo el consumo de energía en un 30% y las emisiones en un 39%.
En otras palabras, y según lo reflejado por Covestro, la transformación digital ayuda a alinear la preparación regulatoria con la diferenciación en el mercado. Invertir en plataformas y tecnologías digitales como el IoT y la IA facilita la optimización en tiempo real de la integración térmica, la secuenciación de lotes y el control del rendimiento.
Eso significa que las empresas químicas pueden operar de forma más sostenible y reducir el uso de recursos al hacer más con menos, incluso mientras se enfrentan a desafíos como las tensiones geopolíticas y la escasez de personal. Se trata de un doble resultado: un ecosistema digital integrado no solo garantiza el cumplimiento normativo, sino que también impulsa el aumento de la eficiencia, la innovación y – en última instancia – el valor empresarial.
Vía comunicado de prensa