En ese contexto, la empresa nacional COVISA destaca como referente en el desarrollo de soluciones de cableado fabricadas 100% con energía renovable y alta resistencia al fuego.

La transformación energética que vive el mundo, impulsada por la urgencia climática y la necesidad de abandonar los combustibles fósiles, ha elevado el rol estratégico de actores que hasta hace poco operaban tras bambalinas. Uno de ellos son los fabricantes de cables eléctricos, que hoy resultan clave para asegurar una transición ordenada, eficiente y segura hacia una matriz energética limpia.
Gonzalo Ureta, Gerente General de COVISA, empresa chilena, con más de 45 años de experiencia en elaboración de productos certificados por SEC y, dedicada a la fabricación y comercialización de conductores eléctricos fabricados 100% con energía renovable y, cuya casa matriz se ubica estratégicamente en Viña del Mar, explica que:
“El aumento sostenido de los requerimientos de cobre y sus proyecciones de largo plazo es la mejor evidencia de que la electrificación es un fenómeno global que traerá enormes desafíos de infraestructura”.
El calentamiento global ha acelerado el reemplazo de combustibles fósiles por fuentes de energía limpias y renovables. Este cambio, además de ser una necesidad urgente, ha dado paso a una transformación basada en la electrificación: industrias y servicios que antes dependían de diésel o gas hoy migran hacia la electricidad. Un ejemplo visible de esta transición son los vehículos eléctricos.

Pero para que esa energía limpia llegue a su destino final, debe recorrer un largo camino desde su punto de generación. Torres de transmisión, subestaciones y redes de distribución se vuelven entonces piezas fundamentales de este ecosistema. En ese engranaje, los cables cumplen un papel silencioso, pero esencial, destaca Gonzalo Ureta y explica que:
“Los cables son el sistema circulatorio de la infraestructura eléctrica. Están presentes en todo: desde aeropuertos y hospitales, hasta minas, metros o centrales generadoras. Sin ellos, simplemente no hay transmisión posible”.
Adaptación, innovación y seguridad
El desafío para empresas proveedoras como COVISA no es sólo abastecer la creciente demanda de cables, sino hacerlo con productos seguros, certificados y sustentables. En esa línea, la compañía ha realizado fuertes inversiones para mejorar su capacidad productiva, así como la calidad técnica de sus soluciones.
“Hoy fabricamos todos nuestros cables con energía 100% renovable y contamos con certificación SEC y otras exigidas por la normativa vigente. Pero además, entendemos que la seguridad debe estar al centro del diseño y la innovación”.

Una de las principales preocupaciones del rubro es el riesgo de incendios por sobrecalentamiento o propagación del fuego. Para ello, dice el gerente general, se han desarrollado soluciones con altos estándares de resistencia al fuego, especialmente necesarias en instalaciones críticas:
“En COVISA somos actualmente los únicos fabricantes en Chile de cables con categoría A de resistencia al fuego, según normativa europea. Este es nuestro mayor aporte a una red más segura y resiliente. Y nos gustaría que otros fabricantes nacionales también eleven sus estándares en este aspecto”.
El riesgo de los productos fuera de norma
Pero no todo depende de la innovación. A juicio del ejecutivo, uno de los puntos críticos del sistema es la fiscalización de los productos que llegan al mercado, y donde el ejecutivo advierte que:
“Las normas están. El problema es que no siempre se cumplen. Vemos con frecuencia cables que no respetan las especificaciones, que son más baratos, sí, pero de muy mala calidad. Y eso es un riesgo enorme”.

La instalación de cables fuera de norma —explica el gerente— puede derivar en fallas graves, desde incendios hasta cortes de suministro a gran escala y advierte que:
“Esto no es sólo responsabilidad del Estado. También lo es de quienes definen, instalan o adquieren estos productos. Si no hay exigencia de calidad, todos estamos en riesgo”.
