La inteligencia artificial (IA) está en pleno apogeo. Ello implica un aumento en inversión... y también en consumo. La firma de consultoría de gestión McKinsey & Company ha elaborado un informe titulado The cost of compute: A $7 trillion race to scale data centers (El costo de la computación: una carrera de 7 billones para escalar los centros de datos).
Según dicho estudio, "los centros de datos requerirán 6.7 billones de dólares en todo el mundo para satisfacer la demanda de potencia informática". Esto será así solo si la IA encuentra valor en el mundo real.

5.2 billones – de los 6.7 billones ya mencionados – estarían destinados a los centros de datos equipados para manejar cargas de procesamiento de IA en gastos de capital.
De aquellos 5.2 billones, un 15% (800.000 millones de dólares) se prevén a constructoras para terrenos, materiales y desarrollo del sitio. En cambio, un 25% (1.3 billones de dólares) irían a proveedores de energía para la generación y transmisión de energía, refrigeración y equipos eléctricos. Y el 60% restante (3.1 billones) solventarían gastos en desarrolladores y diseñadores de tecnología, quienes producen chips y hardware informático para centros de datos.
La demanda mundial de los data centers podría casi triplicarse para 2030, hasta los 219 GW. El 70% de esa demanda provendría de cargas de trabajo de IA. Aunque, más allá de eso, "estas cifras de inversión son asombrosas", remarca el estudio. Los factores que causarían esos montos son: adopción masiva de la IA genérica, integración empresarial, carrera competitiva por la infraestructura y prioridades geopolíticas.
El estudio enfatiza en algo. La cifra real podría ser mucho mayor o menor a los USD 6.7 billones. Ante ello, McKinsey consideró tres escenarios: demanda acelerada, impulso continuo e impulso limitado.

Asimismo, se plantean dos incertidumbres grandes:
- Comprobar que los casos de uso de IA se conviertan en un impacto comercial real que genere valor.
- Ver si los aumentos en la eficiencia del entrenamiento y la inferencia podrían conducir a una menor demanda de capacidad de infraestructura.

"Los ganadores de la era de la computación impulsada por la IA serán las empresas que anticipen la demanda de potencia de cómputo e inviertan en consecuencia", dice el informe de McKinsey. "Lograr el equilibrio adecuado entre crecimiento y eficiencia del capital será crucial. Invertir estratégicamente no es solo una carrera para escalar la infraestructura de datos, sino una carrera para moldear el futuro de la IA", agregó.
Fuente: McKinsey & Company (vía Data Center Dynamics)