Los "portonazos digitales" siguen siendo una preocupación creciente en Chile y en el mundo. Esta expresión, que evoca la imagen de un asalto violento en el acceso de una vivienda, se utiliza para describir ataques informáticos que comprometen la seguridad de los sistemas y la información de las organizaciones, causando interrupciones operativas, pérdidas económicas y daños a la reputación.

La analogía es pertinente: así como un "portonazo" físico vulnera la seguridad del hogar, un "portonazo digital" irrumpe en la infraestructura crítica, dejándola expuesta.
Por ende, mientras la dependencia de infraestructura y sistemas digitales crece, la superficie de ataque en beneficio de los cibercriminales también. En paralelo, la evolución de los malware impulsados por inteligencia artificial (IA) no está dando descanso, motivando a las organizaciones a fortalecer los equipos de ciberseguridad.

André Goujon, CEO de Lockbits, explica que:
“Tradicionalmente, la responsabilidad recaía en el departamento de TI, visto como el guardián de los sistemas informáticos. Sin embargo, aunque esto está cambiando producto de la implementación de leyes y por los mismos incidentes. Es crítico que quien se encargue de proteger los sistemas sea un equipo especializado”.
Dada la escasez de profesionales en el área, muchas compañías están tercerizando estas funciones o invirtiendo gradualmente en equipos dedicados. Y es que la Ley Marco en Ciberseguridad eleva los estándares y exigencias, obligando a construir y gestionar la gobernanza.

“La realidad va variando según la empresa, rubro y tamaño. Pero en Chile aún es raro ver una persona encargada de la ciberseguridad. Hablamos de un Director de Seguridad de la Información (CISO en inglés) o un equipo humano robusto y con recursos”, menciona Goujon.
En ese sentido, la labor de las instituciones universitarias cobra relevancia.
“Hoy existe una malla curricular académica mucho más especializada en ciberseguridad, lo que permite proyectar mejores capacidades de protección en el país en los próximos años con una dotación de profesionales hechos en casa, que entiendan el contexto y puedan adelantarse a los hechos”.

Más ciberprotectores
Los cibercriminales son creativos y están sofisticando sus herramientas y ataques gracias a la IA. Están creciendo en efectividad y escalabilidad, extendiendo sus tentáculos para atacar con la mayor localidad posible. Esto hace que sea urgente avanzar en herramientas predictivas y equipos altamente especializados para contrarrestar el cibercrimen.
“Aún no se logra dimensionar que el impacto negativo de lo digital es también un tipo de crimen. Por suerte, la IA está ayudando muchísimo a detectar problemas, dando visibilidad a movimientos laterales y tráficos maliciosos que decantan en ataques que escalan y se distribuyen en servidores”.
Seguir avanzando en mejores capacidades tecnológicas y humanas es crucial para enfrentar un futuro plagado de millones de intentos de vulneración. Chile dotó de un marco normativo y una Agencia Nacional de Ciberseguridad (ANCI) para madurar su gobernanza.
“Hay que seguir evolucionando y progresando, el país va por buen camino”.





