Chile lidera la región en adopción de 5G, con más de 6,5 millones de conexiones y una cobertura que supera el 90% del territorio nacional, según datos entregados por el Gobierno en junio del presente año. Sin embargo, detrás de esta revolución tecnológica se esconde un dilema estratégico y un desafío inmediato: ¿contamos con el talento suficiente para sostener la infraestructura digital que ya desplegamos?

El 5G no solo es capaz de multiplicar la velocidad de conexión, sino que es la columna vertebral de la automatización industrial, la telemedicina, la minería inteligente y las ciudades conectadas. Cada avance abre una nueva frontera laboral. Hoy se demandan ingenieros capaces de diseñar redes avanzadas, expertos en edge computing que procesen datos en tiempo real, y analistas de ciberseguridad con la capacidad de anticipar riesgos en entornos hiperconectados, entre otros perfiles críticos.
El problema, actualmente, es que la oferta de especialistas crece mucho más lento que la tecnología. Según un estudio de ManpowerGroup, el 74% de las empresas a nivel global reconoce dificultades para cubrir posiciones críticas en el área tecnológica, un déficit que en Chile se amplifica con la velocidad del despliegue digital. En simple: estamos construyendo autopistas digitales, pero aún faltan conductores expertos.

Este desbalance genera una oportunidad y una amenaza al mismo tiempo. Oportunidad porque el 5G abre un mercado laboral inédito para perfiles tecnológicos; amenaza porque, si no aceleramos el upskilling y reskilling de profesionales, la infraestructura quedará subutilizada y la competitividad del país resentida.
La gran pregunta es si lograremos que el talento avance a la misma velocidad que las redes. Porque, en la carrera digital, la cobertura ya no basta: lo que definirá el futuro de Chile es la capacidad de formar, atraer y retener a los especialistas que hagan realidad la promesa del 5G.
