En el marco del actual proceso electoral es importante analizar los efectos que una coyuntura política como esta puede tener en el comercio internacional y en la cadena logística.

Desde la perspectiva de la industria naviera y de los freight forwarders, más que un impacto inmediato en las operaciones, lo que se observa es un escenario de mayor incertidumbre y cautela en la toma de decisiones por parte de inversionistas y socios comerciales.
El comercio exterior chileno se sostiene sobre una red sólida de tratados de libre comercio y acuerdos multilaterales que continúan vigentes más allá de los cambios de gobierno. Sin embargo, los procesos electorales tienden a influir en la percepción de estabilidad que proyecta el país frente a sus socios estratégicos en América, Europa y Asia.
Entre los principales efectos destacan:
- Tipo de cambio y financiamiento: la volatilidad del peso chileno frente al dólar y al euro, impulsada por la incertidumbre política, puede encarecer o abaratar las operaciones logísticas en plazos cortos.
- Expectativas de inversión: muchas empresas internacionales prefieren esperar definiciones de políticas públicas antes de comprometer nuevos proyectos, afectando temporalmente el volumen de importaciones y exportaciones.

- Procesos regulatorios: los cambios de administración suelen implicar ajustes en equipos ministeriales y agencias, lo que puede ralentizar trámites en aduanas, permisos y homologaciones.
- Imagen país: la continuidad de una política exterior clara y abierta al comercio es clave para que Chile siga siendo un hub confiable en la región.
Entonces, más allá de las legítimas diferencias políticas propias de toda democracia, lo relevante para nuestra industria es garantizar que Chile mantenga su rol estable y competitivo en el comercio internacional.
La logística requiere previsibilidad, reglas claras y continuidad en la apertura comercial para seguir siendo un puente confiable entre productores y mercados globales.

En este sentido, los desafíos actuales para el sector pasan por seguir fortaleciendo la eficiencia portuaria, la sustentabilidad de los procesos logísticos y la diversificación de mercados, aspectos que se mantendrán como prioridad sin importar el resultado electoral.