La energía eléctrica es uno de los recursos más valiosos de nuestra era digital. Su uso está en el centro de todo lo que impulsa el desarrollo tecnológico, desde la expansión de internet hasta la adopción de inteligencia artificial.
Sin embargo, este avance conlleva un desafío creciente: cómo mantener la conectividad y el progreso sin comprometer la seguridad energética ni el equilibrio ambiental.

En IFX Chile lo vivimos de forma directa. Nuestros data centers —infraestructura crítica para la operación digital del país y de la región— dependen de un suministro energético continuo y seguro. Por eso trabajamos bajo una doble premisa: mitigar los impactos ambientales asociados a nuestra operación y, al mismo tiempo, asegurar la continuidad del servicio que sostiene la conectividad de empresas y personas.
Hoy, el consumo energético de un data center no puede reducirse en términos absolutos; pero sí puede optimizarse. En Chile, nuestros centros Magnus cuentan con un sistema de gestión ambiental certificado bajo la norma ISO 14001, lo que nos permite llevar un seguimiento cercano de nuestros procesos ambientales y mejorar continuamente los mismos.

A esto se suman iniciativas tecnológicas como la incorporación de sistemas de refrigeración de precisión y la búsqueda de fuentes de energía renovable con el objetivo de participar en la transición energética y de esta forma reducir huella de carbono de nuestras operaciones.
Sin embargo, el desafío trasciende a la industria. La estructura del mercado energético chileno limita la posibilidad de avanzar hacia modelos de generación distribuida, como los que existen en otros países de la región, limitando las posibilidades de implementación de proyectos de generación de energía para consumo propio. Este es un ejemplo de cómo la regulación puede convertirse en un factor clave para acelerar o frenar la transición energética.

Creemos que el futuro de la conectividad debe avanzar bajo un principio simple pero esencial: ningún impacto positivo puede venir acompañado de un daño significativo. Por eso trabajamos por una sostenibilidad tangible, basada en acciones verificables, con una mirada de largo plazo e integrando aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo.
En este Día Mundial del Ahorro de Energía, la invitación es a entender que el verdadero ahorro no está en apagar la tecnología, sino en hacerla más inteligente, eficiente y consciente de su entorno.
