El XIII Summit País Digital 2025, que se celebrará entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre en Santiago, busca marcar la agenda digital del país para los próximos años bajo el lema “Descifrando el Algoritmo del Futuro”. En esta instancia convergerán líderes empresariales, gubernamentales y académicos para debatir cómo transformar la digitalización en crecimiento inclusivo, competitivo y sostenible.
En ese contexto, Pablo González Alonso, Senior Manager, Macro Foresight de Accenture Global, comparte su visión sobre el momento que vive la región, la evolución de la transformación digital y los desafíos que implican la inteligencia artificial, la infraestructura de data centers y la ciberseguridad.
La industria tecnológica en América Latina y Chile
La región ha dejado de ver la tecnología como un recurso accesorio y la ha convertido en un motor central de desarrollo económico. Chile es un ejemplo claro, con sectores como el financiero, la salud y el comercio en plena digitalización.
"En América Latina, la tecnología ha dejado de ser un complemento para convertirse en un habilitador central del crecimiento económico. En Chile esto se refleja con fuerza en industrias como servicios financieros, salud, comercio y sector público, donde la digitalización ya forma parte de la experiencia cotidiana".
Este cambio muestra que la digitalización ya no se limita a procesos técnicos o administrativos, sino que permea la vida diaria y redefine cómo los ciudadanos interactúan con servicios esenciales.
"Según el Banking Consumer Survey 2025 de Accenture, un 71% de los chilenos prefiere usar tarjeta de débito y solo un 6% utiliza efectivo, lo que demuestra una transformación sostenida en los hábitos digitales y la madurez de su ecosistema tecnológico".

El desafío inmediato no es solo mantener el ritmo de adopción, sino transformarlo en ventajas sostenibles. La consolidación de data centers y el uso creciente de inteligencia artificial configuran un nuevo escenario competitivo.
"El desafío ahora es transformar esta madurez en ventajas sostenibles. La llegada de data centers, el uso de inteligencia artificial generativa y el avance en ciberseguridad están configurando una nueva etapa donde la tecnología no solo es transversal, sino estratégica".
Este escenario marca una transición desde la simple adopción hacia un uso estratégico de las capacidades digitales, donde el foco se traslada a la generación de valor a largo plazo.
"Es en este contexto que, plataformas como AI Refinery™ de Accenture, están permitiendo a las empresas acelerar su transformación mediante agentes inteligentes capaces de adaptarse al entorno, tomar decisiones en tiempo real y generar valor".

En este marco, Chile tiene la posibilidad de posicionarse como líder regional si logra articular tecnología, productividad e inclusión digital como pilares de largo plazo.
"Chile tiene la oportunidad concreta de consolidar un liderazgo regional en productividad, innovación e inclusión digital. Lo relevante no es solo cuánta tecnología se adopta, sino cómo esta se convierte en palanca de crecimiento y competitividad a largo plazo".
¿Post transformación digital o una evolución más profunda?
La discusión sobre si hemos superado la fase de transformación digital tiende a simplificar un proceso que sigue en evolución. Más que hablar de un “post digital”, se trata de una segunda ola con mayor sofisticación.
"No se trata de una era post transformación digital, sino de una evolución más profunda de la misma. Hemos pasado de digitalizar procesos a rediseñar completamente modelos de negocio. Hoy, tecnologías como cloud, data y, especialmente, inteligencia artificial generativa, están en el centro de la estrategia empresarial. Ya no basta con automatizar: el foco está en capturar valor, diferenciarse e innovar continuamente".

En este contexto, aparecen soluciones que permiten a las empresas crear agentes inteligentes sin necesidad de grandes conocimientos técnicos, lo que acelera la adopción en múltiples sectores.
"En esta segunda ola de transformación, soluciones como Agent Builder de Accenture, parte de la plataforma AI Refinery, permiten a las organizaciones crear agentes inteligentes adaptativos sin necesidad de programación avanzada. Esto ofrece una agilidad sin precedentes ante cambios de mercado, políticas o demandas del cliente".
Este cambio implica que la inteligencia artificial ya no solo mejora procesos internos, sino que abre la puerta a experiencias más dinámicas y personalizadas, ampliando el alcance de la transformación digital a distintos modelos de negocio.
"Por ejemplo, empresas de belleza ya utilizan IA para generar recomendaciones hiperpersonalizadas a partir de millones de combinaciones posibles, mientras que empresas de telecomunicaciones prueban un avatar de análisis deportivo que transforma la experiencia de los fanáticos".
La visión que se proyecta no es de cierre de ciclo, sino de consolidación de una economía impulsada por decisiones asistidas por inteligencia artificial.
"Más que una era post digital, estamos frente a una economía basada en agentes inteligentes y decisiones asistidas por IA. Las organizaciones que logren integrarla como columna vertebral de su estrategia serán las que definan el nuevo estándar".

El impacto económico de los Data Centers en Chile
La instalación de nuevos data centers durante 2025 y 2026 se perfila como una de las inversiones más relevantes para el desarrollo digital de Chile. Estas infraestructuras no solo atraen capital, sino que crean condiciones para mejorar la competitividad del ecosistema empresarial.
"La instalación de data centers en Chile representa una infraestructura crítica para el desarrollo económico del país. No solo atrae inversión extranjera directa y genera empleos técnicos, sino que también permite a las empresas locales acceder a servicios de computación avanzada, baja latencia y seguridad de datos, sin depender de infraestructura propia".

Su mayor impacto, sin embargo, se verá en el mediano plazo, cuando habiliten ecosistemas de innovación capaces de escalar soluciones basadas en inteligencia artificial.
"Pero su mayor impacto se proyecta en el mediano plazo: los data centers habilitan ecosistemas de innovación, aceleran la economía digital y permiten escalar soluciones basadas en inteligencia artificial".
Esto significa que la relevancia de estas infraestructuras no se limita a lo inmediato, sino que se extiende hacia la creación de capacidades que transformarán la forma en que operan empresas y organismos a nivel regional.
"Por ejemplo, AI Refinery de Accenture, que ya opera sobre infraestructura de nube pública y privada, se beneficia directamente de esta base tecnológica. Esta plataforma está siendo utilizada por organizaciones como HPE, Naciones Unidas y ESPN para construir agentes inteligentes que resuelven problemas complejos en tiempo real".

Para consolidar este potencial, será fundamental alinear políticas públicas, capacidades locales y visión estratégica a largo plazo.
"Chile tiene el potencial de posicionarse como hub regional en servicios digitales avanzados. Para ello, no basta con la infraestructura: se necesita una articulación entre política pública, capacidades técnicas locales y visión estratégica de largo plazo".
La inteligencia artificial como la tecnología más disruptiva
Pocas tecnologías en la última década han tenido un impacto comparable al de la inteligencia artificial. Más allá de la automatización, abre la posibilidad de interpretar datos complejos y anticipar escenarios en contextos inciertos.
"Sin dudas. La inteligencia artificial, y en particular su variante generativa, está redefiniendo cómo las organizaciones operan, se relacionan con sus clientes y generan valor. Su impacto va mucho más allá de la automatización: permite interpretar datos no estructurados, anticipar escenarios, generar lenguaje natural y tomar decisiones en contextos inciertos".

Chile ya comienza a ver como bancos, aseguradoras y retail aplican estas soluciones, mientras que a nivel internacional surgen ejemplos concretos en medios y organismos multilaterales.
"En Chile, ya estamos viendo cómo bancos, aseguradoras y empresas del retail integran IA para mejorar la experiencia del cliente, optimizar procesos y gestionar riesgos".
Este panorama evidencia que la inteligencia artificial ya no es una promesa, sino una herramienta activa que impacta en sectores estratégicos de la economía local y responde a necesidades concretas de usuarios y empresas.
"A nivel global, casos como ESPN, que está probando un avatar inteligente que explica estadísticas deportivas, o Naciones Unidas, que desarrolla un agente multilingüe para difundir los ODS, muestran el potencial de estas soluciones. Ambos ejemplos fueron desarrollados usando AI Refinery de Accenture, que permite construir y escalar redes de agentes con mínima intervención técnica".
La disrupción, por tanto, no es un pronóstico a futuro, sino una realidad que ya define el liderazgo empresarial.
"La disrupción ya no es una predicción: es una realidad operativa que impacta en múltiples sectores y que definirá a los líderes del próximo ciclo económico".

Ciberseguridad: la deuda pendiente en la región
A pesar del crecimiento en digitalización, la inversión en ciberseguridad no ha evolucionado al mismo ritmo. En muchos casos, sigue siendo percibida como un costo más que como un habilitador estratégico.
"A menudo, la ciberseguridad es vista como un gasto reactivo y no como una inversión estratégica. Sin embargo, a medida que crece la adopción de tecnologías como cloud, IA generativa y plataformas de datos, la superficie de exposición a amenazas se amplía. En América Latina, esta brecha entre digitalización y seguridad es especialmente visible, y Chile no es la excepción".

La propuesta es repensar la seguridad digital como parte del diseño de procesos y no como un elemento accesorio. Solo así puede convertirse en un factor de confianza y resiliencia.
"La clave está en entender que la ciberseguridad es un habilitador de confianza. Soluciones como AI Refinery, al integrar agentes inteligentes en procesos críticos, también contemplan módulos de control, trazabilidad y cumplimiento normativo. Esto permite que la seguridad no sea un elemento externo, sino una parte central del diseño operativo".
En sectores altamente regulados, la integración de inteligencia artificial para monitorear, detectar anomalías y validar identidades es ya una práctica en curso.
"Empresas de sectores regulados como seguros, banca o salud ya están utilizando estos agentes para validar identidad, automatizar controles y detectar anomalías en tiempo real. No se trata solo de defender, sino de crear entornos digitales resilientes, preparados para responder y continuar operando ante cualquier disrupción".
