Las discusiones sobre inteligencia artificial ya superaron la fase “futurista”, cuando muchos hablaban de plataformas complejas, equipos especializados y altas inversiones. Era un movimiento limitado a empresas con una estructura tecnológica madura y robusta.

Esto cambió rápidamente con la incorporación de la tecnología en los dispositivos móviles. Hoy, la IA dejó de ser una promesa distante para convertirse en una herramienta práctica que ya transforma operaciones en distintos sectores a partir de un simple toque en la pantalla de un smartphone, por ejemplo.
Por eso, las empresas que entienden que la productividad nace en el punto de acción —en el colaborador, en la tienda, en el aula, en el campo, en la calle— estarán un paso adelante, adoptando la IA como herramienta para aumentar la eficiencia y el rendimiento. Se trata de un recurso de baja inversión y alto retorno en horas-hombre, pues libera tiempo y energía para que las personas puedan crear, decidir y liderar.

En América Latina ya observamos el impacto de la IA en diversos sectores, especialmente porque la región vive un contexto en el que eficiencia, competitividad y reducción de costos son determinantes. Un estudio de Accenture proyecta que la IA generativa podría agregar hasta US$ 1 billón al PIB latinoamericano hasta 2038. Otro levantamiento, de SAP, señala que la productividad y la mejora de la experiencia del cliente son hoy los principales impulsores de su adopción. Es decir, la IA asume un rol de aliada estratégica.
En los últimos años, hemos visto a CEOs, directores y gestores buscando nuevas formas de elevar la eficiencia sin multiplicar los costos. Esta es una ecuación especialmente sensible en mercados latinoamericanos, donde los márgenes son estrechos y las operaciones necesitan ser ágiles. Es en este contexto que las soluciones Samsung Galaxy AI ganan relevancia, al incorporar funcionalidades de IA directamente en los dispositivos móviles.

Al invertir únicamente en los dispositivos móviles, la empresa obtiene traducción instantánea de materiales y reuniones, transcripción automática de informes de visitas en campo o actas de reunión, resúmenes automáticos, registro de evidencias para auditorías y compliance, y capacitación de equipos en diferentes idiomas. Todo esto puede realizarse en el propio dispositivo, con soporte de IA integrada, procesamiento híbrido (en el dispositivo y en la nube) y protección de datos mediante Samsung Knox, garantizando agilidad, seguridad y confidencialidad.
Es decir, la solución ya no radica en adquirir nuevas herramientas, plataformas o capas de sistemas adicionales. Por el contrario, el exceso de tecnología puede elevar el costo total de propiedad y volver los procesos más lentos, fragmentados y difíciles de gestionar. La IA en la palma de la mano del colaborador reduce el costo total de propiedad al mismo tiempo que aumenta la eficiencia de los equipos.

Y todo esto es posible utilizando la Inteligencia Artificial integrada en nuestros dispositivos Galaxy. En el comercio minorista, por ejemplo, las tablets con IA sustituyen terminales fijos y eliminan filas. En educación, el mismo dispositivo permite clases híbridas y traducción para estudiantes extranjeros. En logística, el smartphone organiza rutas, registros fotográficos y reportes de entrega en tiempo real. En salud, auxilia en la gestión de prontuarios y orientaciones rápidas al paciente. En todos estos casos, la lógica es la misma: movilidad + inteligencia artificial + seguridad.
Entonces, dejo una reflexión. Si Galaxy AI puede encargarse de lo operativo, nos corresponde a nosotros aprovechar ese tiempo y decidir el próximo movimiento. ¿Cuál será el próximo paso para tu negocio?





