Por Sergio Tarazona, Gerente de Soluciones y Arquitectura en Whitestack
En plena transformación tecnológica, las organizaciones dependen cada vez más de plataformas colaborativas capaces de adaptarse, escalar y operar con eficiencia. Pero esa promesa muchas veces se ve limitada por arquitecturas cerradas, costos ocultos y una dependencia excesiva de proveedores. Hoy, avanzar hacia una infraestructura abierta no solo permite recuperar el control tecnológico, sino también habilitar soluciones más ágiles, interoperables y sostenibles. Desde grandes operadores hasta gobiernos y empresas del sector financiero, un número creciente de actores están migrando hacia entornos abiertos para optimizar recursos, acelerar la innovación y asegurar soberanía digital.

Según un estudio reciente de Dell y Analysys Mason, nueve de cada diez compañías de telecomunicaciones reconocen que el futuro está en las tecnologías abiertas, sin embargo, su adopción sigue siendo más lenta de lo esperado. El principal obstáculo es la creencia errónea de que los sistemas de código abierto son frágiles e inestables. Esta percepción, sumada a la dependencia de hardware específico, software propietario y a un enfoque poco adaptable en arquitectura y operación, ha ralentizado la innovación en múltiples sectores. La "receta infalible" para un Costo Total de Propiedad (TCO) elevado ha sido justamente esta combinación, multiplicada por la atadura a un único proveedor. ¿Cómo podemos entonces romper este círculo vicioso y habilitar plataformas que evolucionen al ritmo que el mercado exige?
La experiencia acumulada en América Latina refuerza esta idea, Operadores Tier-1 de la región ya han desplegado propuestas basadas en esquemas abiertos en sus redes de acceso, logrando mayor flexibilidad y eficiencia. Entel, por ejemplo, modernizó su red utilizando tecnologías abiertas, y otros actores han adoptado implementaciones de Data Plane en la nube que alcanzan volúmenes de tráfico de 1 TB por servidor con mejoras del 30% en rendimiento y una reducción del 20% en consumo energético. Mientras que en países como México, se logró una disminución del 50% en el tiempo de implementación de nuevos servicios.

Esta aproximación ya se ha plasmado en desarrollos concretos. Una de ellas es la plataforma Telco Cloud, que combina arquitectura basada en servicios con funciones de red contenerizadas (CNFs), lo que permite operar con mayor eficiencia y flexibilidad. A diferencia de una nube privada convencional, este tipo de solución posibilita ajustar de forma precisa los recursos de hardware según las necesidades de cada función. En implementaciones con WhiteCloud, por ejemplo, hemos podido asignar configuraciones específicas a cada VNF o CNF, optimizando su rendimiento sin comprometer la portabilidad ni la escalabilidad. Todo esto bajo un esquema que contempla soporte técnico especializado y acuerdos de nivel de servicio que responden a los estándares de operación más exigentes.
También hemos integrado funciones críticas como Policy Control Function (PCF) y Charging Function (CHF) de Sixbell Telco sobre esta plataforma, en despliegues reales de redes 5G SA con operadores Tier-1 de la región. Este tipo de implementación ha permitido aprovechar al máximo las capacidades de orquestación y rendimiento del data plane, reemplazando estructuras monolíticas heredadas por entornos más modulares, escalables y fáciles de mantener.
Desde el punto de vista financiero, este modelo también representa un cambio relevante. Al operar sobre hardware estándar (COTS) y con licencias perpetuas basadas en CAPEX, se logra reducir el Costo Total de Propiedad (TCO) y minimizar el impacto en el EBITDA. Esto entrega mayor previsibilidad presupuestaria y libera recursos para innovación, sin sacrificar estabilidad ni desempeño.

Además, esta lógica de infraestructura abierta está siendo adoptada por sectores más allá de las telecomunicaciones. Banca, retail y organismos públicos ya están incorporando estas soluciones en sus sistemas críticos, buscando mayor autonomía tecnológica y eficiencia operativa. Hoy, esta arquitectura también se proyecta como la base para nuevas aplicaciones de inteligencia artificial, integrando procesamiento con GPUs de alto rendimiento.
La transición hacia infraestructuras abiertas ya no es una apuesta, sino una necesidad concreta para quienes buscan mayor control, eficiencia y capacidad de evolución. Lejos de ser una solución teórica, este enfoque ya está operando en entornos críticos y mostrando resultados medibles. Para las organizaciones que enfrentan los desafíos de modernización tecnológica, avanzar hacia modelos abiertos es una forma de recuperar autonomía y preparar sus sistemas para lo que viene.

Tres pilares para una evolución sostenible:
- Open Source (Código Abierto): El software de código abierto, impulsado por organizaciones líderes como la OpenInfra Foundation y la Cloud Native Computing Foundation, es el motor de la innovación contemporánea, garantizando la portabilidad y reduciendo drásticamente la dependencia de proveedores. Es un ecosistema vibrante que aporta nuevas funcionalidades de manera constante.
- Open Hardware (Hardware Abierto): La comoditización del hardware, ejemplificada por el Open Compute Project y las Whiteboxes, ofrece soluciones rentables y flexibles. He observado cómo la implementación de Open Compute Project en Latinoamérica ha demostrado un alto rendimiento y una excepcional densidad de cómputo.
- Soluciones Cloud Native: Los componentes de red Cloud Native permiten desplegar aplicaciones escalables y resilientes en entornos dinámicos. Kubernetes, como base de orquestación de contenedores, ofrece portabilidad entre nubes y facilita la repatriación de cargas desde la nube pública para un control óptimo y una soberanía de datos que antes era difícil de alcanzar. Este tipo de arquitectura, como la solución SBP SBA de Sixbell Telco, comprende Funciones de Red Contenerizadas (CNFs) que adoptan los principios cloud-native, aprovechando los beneficios intrínsecos de Kubernetes para garantizar alta disponibilidad y operar bajo un modelo de despliegue automatizado.