La inteligencia artificial generativa está transformando sectores enteros, desde servicios financieros hasta salud, pasando por la industria, la educación y el entretenimiento, pero detrás del desarrollo de estos modelos cada vez más complejos existe un reto silencioso: la infraestructura necesaria para soportarlos.

Los centros de datos tradicionales no fueron diseñados para cargas energéticas superiores a los 100 kW por rack, como las que demanda hoy el entrenamiento y operación de modelos de IA generativa. Esto ha llevado a una nueva fase de diseño, automatización y sostenibilidad para los data centers.
En países como Chile, donde el ecosistema digital ha tenido un crecimiento acelerado, esta transformación ya está en marcha. Actualmente existen más de 45 centros de datos activos en el país y se proyectan grandes inversiones en infraestructura digital.

En respuesta a esta dinámica, el Ministerio de Ciencia Tecnología, Conocimiento e Innovación lanzó en 2024 el Plan Nacional de Data Centers, una estrategia que busca posicionar a Chile como hub de IA y sostenibilidad digital en América Latina, con una inversión inicial de US$4.000 millones destinada a la construcción de infraestructura avanzada y desarrollo de campus tecnológicos en diversas regiones del país.
IA generativa: ¿Una revolución que la infraestructura no estaba lista para soportar?
A diferencia de los entornos tradicionales, la IA generativa requiere procesamiento intensivo, menor latencia y una capacidad energética significativamente mayor por rack. Modelos de IA en tiempo real, desde asistentes virtuales hasta plataformas de análisis predictivo, están llevando a los operadores a repensar su infraestructura física y digital.

Para 2025, Gartner predijo que el 75% de los datos generados por las empresas se crearán y procesarán fuera de los centros de datos tradicionales o la nube, un aumento significativo respecto a menos del 10% en 2018. Este crecimiento exponencial subraya la creciente importancia del edge computing, un modelo de computación distribuida que procesa los datos más cerca de su origen.
Marta Sánchez, vicepresidenta de Secure Power para Sudamérica de Schneider Electric, explica que:
“La IA generativa está reconfigurando las reglas del juego en infraestructura digital. No se trata solo de más potencia, sino de construir centros de datos que sean sostenibles, modulares y capaces de adaptarse a las nuevas exigencias sin comprometer la continuidad del negocio”.

Soluciones para centros de datos listos para IA
Para responder a este nuevo escenario, Schneider Electric ha desarrollado un ecosistema integral de soluciones orientadas a escalar la infraestructura digital de forma segura, eficiente y sostenible. Entre ellas destacan los centros de datos modulares de alta densidad, que permiten una expansión rápida y flexible, y tecnologías como la contención de pasillos APC NetShelter (New Gen Containment), que optimizan el uso energético y mejoran el manejo térmico al evitar la mezcla de aire frío y caliente, condición clave para soportar cargas intensivas.

A esto se suma una nueva generación de sistemas de refrigeración líquida y térmica que gestionan la temperatura de forma más eficiente sin aumentar el consumo energético. En paralelo, soluciones como EcoStruxure IT Expert y la incorporación de gemelos digitales permiten monitorear en tiempo real, anticiparse a fallas y simular escenarios para optimizar el rendimiento operativo y energético de los centros de datos.
El crecimiento de la inteligencia artificial no solo plantea desafíos tecnológicos, sino también estratégicos. Para que los países puedan capitalizar este fenómeno es fundamental contar con una infraestructura digital preparada, resiliente y sostenible. En ese camino, Chile ya da pasos concretos para posicionarse como un actor clave en la región y mientras la IA continúa su avance, el verdadero diferencial estará en quienes logren construir las bases que permitan escalar sin comprometer el futuro.
