La expansión de la IA obliga a repensar redes eléctricas, inversión energética y planificación digital, en un escenario de congestión, riesgo operativo y desigualdad entre regiones.
Según el último informe de Menlo Security, las ciberestafas asociadas a la IA han aumentado un 140% en 2024. Se espera un aumento significativo para 2025.