Hablamos de una tecnología que, según Gartner, resolverá de forma autónoma el 80% de los problemas comunes de servicio al cliente sin intervención humana y que será usada por el 75 % de los ingenieros de software empresarial, de aquí a los próximo tres años.
Probablemente lo más relevante es fomentar la transparencia en los procesos de IA para permitir y facilitar su control, manteniendo la confianza de quién la utiliza, dice el vocero.
Está claro que el desarrollo de tecnologías disruptivas, como la IA, con foco principalmente en las personas, la protección del medioambiente y el impulso a la innovación requieren de una regulación que posibilite el cumplimiento de esos principios.
La IA puede transformarse en un importante aporte para la administración y gestión de datos en las empresas, más cuando la cantidad de los mismos no hace más que crecer y diversificar su fuente.