En el marco del reciente lanzamiento de los nuevos smartphones Razr 60 y Edge 60, pudimos conversar en exclusiva con Agustín Aden, gerente general de Motorola Mobility Chile, para conocer cómo ha sido el primer año de su gestión al frente de la operación local, los desafíos de posicionar la marca en el segmento premium y los pilares que definen hoy la propuesta de valor de la compañía.
Con una mirada franca y orientada a resultados, Aden repasa hitos recientes, y nos adelantó los próximos movimientos de la compañía y reafirma el rol estratégico de Chile dentro de la región.

Un año intenso y desafiante en el mercado chileno
Al asumir el liderazgo de Motorola en Chile, Agustín Aden se enfrentó a un escenario altamente competitivo, donde los desafíos no solo se limitaban al posicionamiento de marca, sino también a una ejecución precisa en todos los frentes. Su balance, al cumplir un año en el cargo, refleja una visión consolidada y un aprendizaje profundo del mercado local.
"Sin lugar a dudas el balance es muy bueno. Chile es uno de los mercados más competitivos de la región. Es un mercado desafiante por la dinámica comercial, por el tipo de usuario, por los canales. Es complejo, pero no imposible de entender y crecer."
Este nivel de exigencia obligó a redefinir prioridades y trabajar de manera articulada en cada eje del negocio. Desde el primer día, la operación local adoptó una mirada holística, donde ningún componente podía quedar al margen de la estrategia:
"Y eso te exige estar muy bien en todos los frentes: en producto, en precio, en go-to-market, en ejecución en el punto de venta, en la campaña, en el PR, en los medios. Si fallás en una parte, perdiste y no hay vuelta atrás."

Estrategias acertadas con visión global
En este escenario de alta presión, la consistencia fue clave. Es aquí donde Aden destaca el rol de su equipo y la capacidad de alinear múltiples piezas para sostener el crecimiento, incluso frente a una industria en transformación:
"Lo que logramos este año fue consolidar la estrategia de los últimos 4 años. Lo hicimos con mucho foco, con una ejecución excelente del equipo y eso se traduce en resultados. Logramos crecer, mejorar la participación, mejorar las métricas de marca y tener una operación más sólida."
Más allá de los números, el aprendizaje también ha sido personal. La llegada a Chile marcó un hito en su trayectoria ejecutiva, no solo por el desafío profesional, sino por la experiencia de adaptarse a un país con un consumidor informado, exigente y que demanda propuestas de valor claras:
"Estoy muy contento con la decisión. Profesionalmente, ha sido uno de los años más intensos de mi carrera. Y al mismo tiempo, uno de los más enriquecedores."

Una evolución de portafolio basada en diseño, IA y experiencia
La consolidación de Motorola en el mercado chileno no se explica sin una evolución consistente del portafolio. Según Agustín Aden, el punto de inflexión estuvo en capitalizar el recorrido previo para ofrecer una propuesta más completa y diferenciadora:
"El Moto G100 fue el punto de inflexión. Ese equipo nos permitió empezar a pensar diferente: subir en performance, en diseño, en cámaras, en posicionamiento y con una comunidad fiel que apoyo mucho nuestros productos."
Desde ese punto de partida, la marca desarrolló una línea que, con cada nueva generación, fue fortaleciendo atributos clave, sin perder de vista la experiencia de uso como eje central:
"Después vinieron el Edge 20, el Edge 30. Y con el 40 hicimos un salto muy grande. Y con el 50, consolidamos algo. Porque no es sólo diseño, no es sólo IA, no es sólo cámara o performance: es todo un ecosistema funcionando junto."

Esa integración entre componentes técnicos, diseño y capacidad de respuesta es, para Aden, lo que realmente define el éxito de un dispositivo hoy. Más que una suma de especificaciones, se trata de lograr que todo fluya de forma armónica:
"Lo que nos está pasando es que el usuario nos dice 'el equipo fluye'. No dice ‘tiene 12 GB de RAM o X procesador’, sino que fluye. Eso es lo que nos importa. Porque eso es lo que se siente."
Esta percepción no solo refleja un cambio en el desarrollo de producto, sino en la forma en que Motorola interpreta las necesidades reales del consumidor. Y es allí donde el trabajo de los últimos años comienza a rendir frutos:
"Hoy estamos en un momento donde eso se nota. El usuario nos percibe diferentes. No sólo por la marca, sino por la experiencia y nuestras ultimas activaciones en el mundo retail lo confirman."

Diseño, identidad y la transformación de la percepción
Uno de los cambios más visibles en la estrategia de Motorola ha sido la forma en que la marca integra diseño e identidad. Según Agustín Aden, este giro fue posible gracias a un proceso interno profundo, que redefinió las prioridades del producto más allá de la ficha técnica:
"Hace cuatro años empezó un trabajo muy fuerte de diseño. Porque para nosotros el diseño ya no es sólo un diferencial o un accesorio, sino un eje narrativo. ¿Qué queremos contar con este producto? ¿Qué representa? ¿Cómo te identifica?"
Este nuevo enfoque implicó una investigación cuidadosa, donde cada decisión —desde los materiales hasta los colores— debía reflejar un propósito claro. En ese contexto, la alianza con Pantone se volvió un catalizador clave:
"Tenemos una alianza con Pantone que no es solamente poner el color del año. Es trabajar juntos para ver qué representa ese color, qué textura tiene que tener, cómo tiene que sentirse el equipo en la mano."

La estrategia de diseño, sin embargo, no se limitó a los segmentos premium. Motorola aplicó esta mirada también en la gama media, entendiendo que la estética es parte de la experiencia total del usuario, sin importar el rango de precio:
"Hoy estamos llevando ese diseño a productos más accesibles. No se trata de tener un equipo bonito, sino de que tenga una coherencia: que lo que decís en el comercial, lo que ves en la tienda, lo que sentís cuando abrís la caja y lo que usás después, sea todo parte de lo mismo."
Para Aden, el impacto de esta transformación se refleja directamente en la percepción del consumidor, que hoy reconoce en Motorola una marca con propuesta integral, coherente y con identidad propia:
"Eso cambió mucho la percepción. Hoy el usuario nos reconoce por el diseño y por la identidad. Y eso antes no pasaba tanto. Además próximamente vendrán nuevos Moto Store en Santiago y serán nuestros nuevos íconos de contacto con nuestros clientes."

Estrategia de retail y construcción de marca local
Una de las claves en la ejecución de Motorola en Chile ha sido la estrategia con el canal retail, en particular con Falabella, que ha operado como socio estratégico en el posicionamiento de nuevos productos y en el despliegue de una presencia más consistente:
"Tenemos una alianza muy fuerte con Falabella, que nos ayudó mucho. Porque es un retailer omnicanal, y pudimos trabajar campañas que se ven en la tienda, en la app, en redes, en medios."

Esta capacidad de ejecución coordinada permitió instalar mensajes de marca con mayor profundidad. Según Agustín Aden, el trabajo conjunto no se limitó a la exhibición, sino que abarcó todos los puntos de contacto con el cliente:
"Eso nos dio mucha visibilidad. Pudimos mostrar el producto en contexto, explicar sus beneficios, llegar al usuario en distintos momentos del journey."

La efectividad de esta estrategia no pasó desapercibida para la casa matriz. Desde las oficinas globales de Motorola, la operación chilena ha sido destacada como caso relevante por su capacidad para elevar la percepción de marca en corto tiempo.
"Desde la región nos dijeron: ‘Chile es el país que más awareness generó con Edge en este semestre’. Y eso fue gracias a una ejecución local impecable."
El trabajo sostenido en el canal también tuvo impacto directo en los resultados de negocio, permitiendo que Motorola aumentara su participación en el segmento premium con una propuesta clara, diferenciada y reconocida por los consumidores.

Chile como mercado estratégico y proyección personal
Para Motorola, la operación en Chile representa más que un mercado relevante: es una plataforma que permite probar, ajustar y consolidar decisiones con impacto regional. Según Agustín Aden, esa dinámica ha ido acompañada de una creciente autonomía local:
"Hoy tenemos más capacidad de decisión desde Chile. Podemos definir con qué productos salir, con qué timing, con qué campaña, con qué enfoque."
Esa autonomía no solo responde a una necesidad táctica, sino también a la madurez operativa alcanzada por el equipo local, lo que ha permitido una ejecución alineada con la estrategia global, pero sensible a las particularidades del mercado.
"Eso nos permite movernos más rápido, reaccionar mejor, aprovechar oportunidades. Y creo que lo estamos haciendo bien."

Por otra parte, la respuesta del consumidor chileno ha sido fundamental en ese proceso. Motorola observa en el mercado local un perfil exigente, informado y sensible al valor real de la propuesta, lo cual representa tanto un desafío como un indicador de validación:
"El usuario chileno es muy informado, muy crítico. Y eso nos obliga a hacer las cosas bien. No puedes subestimar a este mercado, un error y no te bancan a posterior."
En lo personal, el año vivido en Chile marcó para Aden un punto de inflexión. No solo por los resultados alcanzados, sino por la experiencia humana de adaptarse a un entorno nuevo, exigente y estimulante a la vez:
"Fue un año muy intenso, pero muy gratificante. Mi familia está feliz, yo también. Chile nos recibió con los brazos abiertos, y eso no tiene precio. Profesionalmente, es uno de los años más importantes de mi carrera. Porque no se trató solo de hacer bien el trabajo, sino de construir algo con sentido."
