La digitalización ha hecho que la banca sea más sofisticada y eficiente, pero también más impersonal. Los bancos se beneficiarán enormemente al volver al futuro y restaurar lo que los hizo esenciales: relevancia y confianza. Para ello y, al mismo tiempo aumentar el crecimiento, los bancos deben enfocarse en cinco aspectos clave.

El primero es fomentar la cultura de reinvención fomentando la curiosidad y el foco en los resultados. La cultura organizacional debe ser resiliente a los rápidos cambios en las condiciones del mercado, las innovaciones tecnológicas y los eventos inesperados. Para esto es crucial tener una mentalidad de reinventarse con valores, creencias y comportamientos compartidos que premien a quienes aprenden y exploran proactivamente, buscan nuevas formas de resolver nuevos problemas y están orientados a los resultados.
En segundo lugar, es clave desarrollar una arquitectura componible. La mayoría de los bancos ha emprendido esfuerzos de modernización desacoplando funciones digitalmente, abstrayendo datos para facilitar su uso y reemplazando integraciones punto a punto con APIs.
Sin embargo, la capacidad de los CIOs de los bancos para responder rápidamente a condiciones cambiantes es limitada. Las arquitecturas componibles desbloquean varios flujos de valor: mayor personalización en el servicio y las capacidades; eficiencias de costos a través del desarrollo modular y operaciones optimizadas; escalabilidad, interoperabilidad, mayor resiliencia; y un cumplimiento y seguridad más fuertes. Estos flujos de valor ayudan a los bancos a asegurarse de que su arquitectura apoye activamente sus objetivos estratégicos.
El tercer aspecto clave es utilizar datos y la inteligencia artificial para la diferenciación y como habilitadores fundamentales del crecimiento. Los bancos tienen acceso a volúmenes inmensos de datos. Mover las aplicaciones (incluyendo bases de datos) a la nube habilita el acceso y la utilización de los datos en toda la organización. La capacidad de tomar decisiones basadas en data -derivadas de las transacciones y deseos de los clientes- será crucial para estar presentes en los momentos más importantes para ellos. Enlazar los insights de negocio y el valor con la construcción de la infraestructura tecnológica y de datos es esencial para entregar valor de negocio y lograr un ROI positivo en el corto plazo.

En cuarto lugar, la salud regulatoria puede ser un diferenciador en la búsqueda de crecimiento. En una industria tan altamente regulada como la banca, cumplir con las normas puede parecer evidente. Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Aunque hay cambios administrativos y posturas cambiantes en relación con las regulaciones, el marco regulatorio fundamental bajo el cual operan los bancos permanece firme.
Al aprovechar soluciones tecnológicas que utilizan IA y machine learning, la banca puede optimizar su cumplimiento, mejorando la precisión de los datos y automatizando tareas rutinarias. Los bancos que logren el equilibrio adecuado entre la seguridad y solidez y el despliegue de capital para el crecimiento demostrarán mayor durabilidad a lo largo de los ciclos económicos.

Finalmente, en el entorno actual de disrupción e incertidumbre, es fundamental operar con un balance fuerte y flexible, el cual mantiene la estabilidad mientras permite ajustes estratégicos. Un balance flexible sostiene los principios de resiliencia y gestión de riesgos, pero con la flexibilidad adicional para adaptarse de manera responsable a las condiciones macroeconómicas.
Al cumplir con estos cinco aspectos clave, los bancos no solo se prepararán mejor para los desafíos futuros, sino que también se posicionarán para expandirse y sobresalir en un escenario cada vez más volátil y cambiante.
