La industria está en un punto de inflexión crucial. Las inversiones globales en infraestructura energética alcanzaron niveles sin precedentes en 2024, superando los $3 billones anuales. De ese monto, $2 billones se destinaron a energías limpias, mientras que $1 billón a combustibles fósiles.

Este doble desafío-invertir en el futuro mientras mantienen el suministro energético actual- exige una reevaluación radical de cómo se ejecutan los proyectos de capital.
Una investigación reciente que hicimos entre 700 ejecutivos en 23 países y 12 industrias mostró que 64% de los proyectos de infraestructura energética y de capital no cumplen con sus compromisos y 59% supera el presupuesto en más del 10%. Solo 7% de las organizaciones energéticas cumplen consistentemente o superan sus compromisos de proyecto, capturando valor adicional.

Hay cuatro elementos clave para impulsar proyectos de capital exitosos en la industria. El primero es convertir la información en previsión. El enfoque tradicional en la gestión de proyectos de capital se basaba en calendarios rígidos y modelos de ejecución fijos, a menudo resultando en sobrecostos y retrasos. Seguía una progresión lineal desde la planificación hasta la ejecución, compuesta por secuencias con poco margen para la flexibilidad. Sin embargo, los proyectos actuales deben diseñarse para la adaptabilidad en tiempo real.
La predicción impulsada por IA está transformando cómo las empresas planifican y ejecutan proyectos de infraestructura a gran escala. En lugar de calendarios estáticos que toman semanas para actualizar manualmente, las herramientas impulsadas por IA ahora permiten a los planificadores de proyectos simular cientos de rutas de ejecución en minutos.

Estos sistemas analizan múltiples variables -como restricciones en la cadena de suministro, costos de recursos, disponibilidad de mano de obra y condiciones climáticas- para generar insights en tiempo real que ayudan a los tomadores de decisiones a optimizar costos, calidad, huella de carbono y tiempo de lanzamiento al mercado.
El segundo elemento clave es gestionar partes interesadas diversas. Los megaproyectos de infraestructura implican un ecosistema complejo de partes interesadas. Éstas incluyen propietarios de activos, inversores, reguladores, proveedores, contratistas y comunidades locales. Históricamente, la desalineación entre estos grupos ha sido una causa principal de retrasos, reclamaciones y sobrecostos. La mala coordinación ha llevado a retrasos regulatorios, cuellos de botella en la adquisición y toma de decisiones ineficiente.

Para abordar estos desafíos, las empresas líderes están implementando torres de control de proyectos: plataformas de colaboración centralizadas que proporcionan visibilidad en tiempo real sobre el estado del proyecto, los riesgos y las métricas de rendimiento clave. Estas plataformas funcionan como una capa de experiencia -un entorno de acción que agrega datos de múltiples fuentes, agiliza la comunicación y permite a los equipos anticipar cuellos de botella y resolver problemas antes de que afecten el plazo del proyecto.
El tercer elemento clave es la sostenibilidad, que se ha convertido en un factor crítico en el desarrollo de infraestructura a gran escala. Sin embargo, la mayoría de las empresas se centran en las emisiones operativas y el cumplimiento regulatorio, a menudo pasando por alto la "huella de carbono incorporada" de sus proyectos de capital.

Si bien las emisiones de activos operativos como refinerías, plantas industriales y oleoductos se rastrean regularmente, el impacto ambiental asociado a la extracción, producción y transporte de materiales de construcción -como el acero y el cemento, que son intensivos en carbono-, así como el consumo de energía y agua, sigue en gran medida sin medir.
Esta omisión presenta tanto un desafío como una oportunidad importante. Por ejemplo, casi la mitad de las emisiones totales de un activo construido están asociadas con la huella de carbono incorporada. Abordar esto requiere que las empresas se muevan más allá del cumplimiento y adopten un enfoque holístico de la inteligencia ambiental, social y de gobernanza (ESG) que abarque todo el ciclo de vida del proyecto de capital.

Las tecnologías digitales juegan un papel clave. Herramientas como el seguimiento de carbono impulsado por IA, los gemelos digitales, el BIM y el monitoreo habilitado por IoT permiten a las empresas modelar, rastrear y reducir emisiones en tiempo real. Cuando se combinan con estrategias -como evaluaciones de madurez sostenible y la selección de proveedores basada en el rendimiento ESG- estas herramientas pueden ayudar a reducir las emisiones hasta en un 18% durante la fase de construcción.
El cuarto elemento clave es construir y sustentar las habilidades críticas. El sector está enfrentando una escasez aguda de talento en la ejecución de proyectos. Los roles críticos -como planificadores, ingenieros, controladores de proyectos y especialistas en adquisición- se están volviendo cada vez más difíciles de llenar.

Para satisfacer las demandas de proyectos en rápida evolución, las empresas líderes están adoptando soluciones de aprendizaje avanzadas para alinear habilidades especializadas con las necesidades del negocio. Estas estrategias están cada vez más respaldadas por herramientas de gestión de la fuerza laboral impulsadas por IA que mejoran la toma de decisiones y la adaptabilidad.
Este enfoque refleja un cambio más amplio en la industria, donde la IA está desempeñando un papel crucial en la formación y desarrollo de la fuerza laboral. Nuestra investigación reveló que el aprendizaje asistido por IA está mejorando la retención de habilidades hasta en un 28%, lo que permite una adaptación más rápida entre los nuevos empleados.

La transición ya está en marcha, y la aceleración de los proyectos de capital será su columna vertebral. El desafío no es identificar nuevas tecnologías—es integrarlas en estrategias de ejecución que generen resultados medibles.