Imagina un mundo en el que tu asistente personal de inteligencia artificial pueda encontrar y reservar vuelos sin esfuerzo, gestionar tu presupuesto e incluso negociar las mejores ofertas en tu nombre, todo mientras mantiene tus datos financieros completamente seguros.
Esto no es un sueño futurista: el comercio basado en agentes ya está logrando avances significativos gracias a sus capacidades autónomas, la velocidad y la precisión de sus transacciones.

En este contexto, la integración de capacidades agénticas en los pagos ya está en marcha: Google, en colaboración con socios como Accenture, acaba de presentar el Agent Payments Protocol (AP2), que ofrece un lenguaje común para transacciones seguras y compatibles entre agentes y comercios, ayudando a evitar la fragmentación del ecosistema. De forma paralela, otros actores como PayPal también están incursionando en el comercio agentico, con nuevas herramientas diseñadas para desarrolladores.
Una de las características más destacadas de la IA de agentes es su capacidad para adaptarse, evolucionar e incluso tomar decisiones de compra de forma autónoma, sin intervención humana. Puede desenvolverse en entornos complejos y gestionar una amplia gama de tareas, desde pagos de facturas y administración de inversiones hasta declaraciones de impuestos, ahorrando una cantidad considerable de tiempo y reduciendo el riesgo de error humano.

Además, puede analizar grandes volúmenes de datos e información de transacciones, identificar patrones y perfeccionar sus procesos de toma de decisiones. Esta autonomía resulta especialmente valiosa en el ámbito de los servicios financieros, donde la IA agente puede ofrecer a los clientes informes detallados sobre sus hábitos de gasto, destacar áreas de ahorro e incluso sugerir ajustes en sus presupuestos.
Un estudio reciente de Accenture mostró que las empresas se están preparando para un futuro en el que los sistemas impulsados por IA gestionarán los pagos de manera autónoma. En concreto, 80% de las instituciones financieras de América Latina ya está pilotando pagos agénticos. El caso de uso más popular a nivel global es el de pagos de servicios básicos o facturación recurrente, donde un sistema impulsado por IA puede gestionar automáticamente los pagos periódicos, elegir la fecha y el método de pago (por ejemplo, tarjeta o débito automático) y aplicar descuentos o prórrogas según los datos del cliente.

Desafíos en los pagos agénticos
Si bien los beneficios de la IA agéntica en los sistemas de pago son innegables, las instituciones financieras reconocen los desafíos que se avecinan. En el mismo estudio Future of Money, para el cual se encuestó a más de 200 CTOs y jefes de pagos de instituciones financieras sobre sus preocupaciones, y la confianza y la seguridad surgieron como los principales temas. El 78% espera que el fraude aumente significativamente debido al comercio agéntico.
Las instituciones financieras están especialmente preocupadas por transacciones no autorizadas ejecutadas por agentes, incluidos bots internos. Anticipan el uso de voces sintéticas para eludir controles de autenticación por voz y la aparición de equipos agénticos que presenten reclamos de fraude falsos o documentación adulterada. La creciente sofisticación de estas amenazas subraya la necesidad de que las instituciones refuercen la resiliencia de sus medidas de seguridad.

Ante esto, hay cinco acciones clave. Primero, desarrollar una infraestructura para monedas digitales. Es necesario preparar las APIs, el middleware y la automatización de cumplimiento normativo para respaldar las stablecoins, las monedas digitales de bancos centrales (CBDC) y los depósitos tokenizados.
En segundo lugar, se debe avanzar rápido hacia los pagos agénticos, comercializando casos de uso de alto valor, como los pagos automatizados a proveedores, la financiación de la cadena de suministro, la facturación recurrente y las reversiones de cargos (chargebacks). Es fundamental incorporar la confianza en cada oferta mediante la transparencia y el control del cliente.

La tercera acción clave es abordar los nuevos vectores de riesgo, incluidos las transacciones agénticas no autorizadas y las identidades sintéticas. Para esto es necesario invertir en sistemas de detección adaptativos y en planes de respuesta forense dedicados para mantener la confianza a medida que los pagos se vuelven más autónomos.
En cuarto lugar, es necesario trabajar con el ecosistema. Colaborar con las Big Tech, actuando en doble rol como intermediarios regulados y socios de infraestructura.
Luego realizar esas acciones clave se puede avanzar en la final, que es escalar. Para esto es necesario prepararse para un alto número de transacciones con sistemas nativos en la nube y diseñar con redundancia y ciberresiliencia. Así también, es fundamental adoptar la tokenización para garantizar que las transacciones sean más seguras y controladas a gran escala.

La IA agéntica en los pagos y el comercio ya no es una tendencia pasajera: ha llegado para quedarse y tiene el potencial de revolucionar las transacciones financieras, otorgando a los clientes un control sin precedentes sobre sus finanzas. Por eso es fundamental que las instituciones financieras comiencen hoy a avanzar en estas cinco acciones clave.





