Por Stephen Walborn, CTO de Sequre Quantum, docente de la Universidad de Concepción, y miembro del Instituto Milenio de Investigación en Óptica (MIRO).
La reciente publicación de los primeros estándares de criptografía post-cuántica, revelados por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de Estados Unidos, marca un hito en la evolución de la ciberseguridad global. En un contexto donde las computadoras cuánticas, con su capacidad para quebrantar los métodos de encriptación actuales, están en el horizonte, la necesidad de trabajar en nuevas soluciones es más urgente que nunca.
IBM ha demostrado ser un líder en este campo, con dos de sus algoritmos, ML-KEM y ML-DSA, siendo adoptados como estándares mundiales para hacer frente a este desafío. Sin embargo, es fundamental reconocer que la criptografía post-cuántica es solo una pieza del rompecabezas. Para que estos algoritmos cumplan con su promesa de seguridad, es crucial que estén respaldados por claves criptográficas que no solo resistan los ataques cuánticos, sino que respondan a un principio de aleatoriedad con la capacidad de auto-certificarse en tiempo real para garantizar una seguridad desde su origen.
Mientras que las capacidades cuánticas tienen el potencial de resolver problemas que hoy parecen insuperables, también presentan la posibilidad de romper los esquemas criptográficos que actualmente protegen nuestras comunicaciones y transacciones más sensibles. Por dar un ejemplo, un computador normal tardaría millones de años en desencriptar sistemas actuales como el RSA (Rivest, Shamir y Adleman), mientras que los futuros computadores cuánticos podrían hacerlo en algunas horas o menos.
En SeQure Quantum, hemos reconocido desde hace tiempo que la transición hacia un mundo post-cuántico no puede limitarse a mejorar los algoritmos. Necesitamos soluciones que fortalezcan la seguridad desde la raíz, y es aquí donde las llaves criptográficas resistentes a los ataques cuánticos juegan un papel esencial. Nuestro dispositivo, que utiliza la física cuántica y fotones de luz para generar números aleatorios, ofrece una manera de crear llaves criptográficas que son verdaderamente impredecibles, y capaces de detectar intentos de ciberataque o fallas de hardware en tiempo real. A medida que avanzamos hacia esta nueva era, estas tecnologías son cruciales para asegurar que la confidencialidad y la integridad de la información se mantengan intactas.
La historia nos ha enseñado que los avances tecnológicos, aunque prometedores, vienen acompañados de desafíos. La computación cuántica promete revolucionar diversos sectores, pero también plantea riesgos que deben ser mitigados con soluciones innovadoras, proactivas y a paso urgente.
En última instancia, el verdadero reto no será solo la adopción de estos nuevos estándares, sino garantizar que la libertad digital de la humanidad esté protegida por una capa de seguridad que no deje cabos sueltos.