El presidente estadounidense Donald Trump ha anunciado la posible imposición de un arancel del 100% sobre chips y semiconductores importados. La medida forma parte de un esfuerzo para incentivar a las empresas a trasladar la manufactura de estos componentes a Estados Unidos. La política arancelaria ha generado opiniones encontradas. El presidente de la industria de semiconductores de Filipinas, Dan Lachica, manifestó que el plan de Trump sería "devastador" para su país, puesto que el 70% de sus exportaciones electrónicas son semiconductores.
El arancel de Trump no afectaría a las organizaciones que fabrican en el territorio. El mismo beneficio aplicaría a aquellas compañías con un compromiso de inversión en la producción local. Al respecto, el político declaró: "Vamos a aplicar un arancel de aproximadamente 100% a chips y semiconductores. Pero si estás construyendo en los Estados Unidos de América, no hay cargo". Y agregó: "Si has hecho un compromiso para construir o estás en proceso de construir, no hay arancel". Aunque, advirtió sobre el incumplimiento de los acuerdos: "Si dices que estás construyendo y no construyes, te cobramos en una fecha posterior". Pese a al aviso, la declaración no es un arancel formal. Aún existe incertidumbre sobre el impacto de la medida.

El analista de Bernstein, Stacy Rasgon, señaló en una nota que los fabricantes de chips no tienen claridad sobre qué significa "un compromiso de construir" en Estados Unidos. El experto también indicó que la mayoría de los semiconductores llegan al país dentro de otros productos. Entre ellos se encuentran teléfonos, computadoras y automóviles. Por eso, es poco claro si los productores de estos artículos también deben comprometerse a construir dentro de sus fronteras.
Algunas naciones han conseguido acuerdos comerciales para proteger a sus empresas. Olof Gill, portavoz de la Comisión Europea, dijo en una rueda de prensa que un acuerdo comercial con Estados Unidos establece un tope del 15% para los aranceles a chips y otros productos. Asimismo, el principal enviado comercial de Corea del Sur confirmó que Samsung Electronics y SK Hynix, dos de los mayores elaboradores de chips de su Estado, estarían exentas del arancel del 100%. Por su parte, el director ejecutivo de Infineon, Jochen Hanebeck, sostuvo que los aranceles "son fundamentalmente incorrectos" y perjudicarían a ambas partes, ya que "ningún país puede producir todos los semiconductores".
Apuesta y respuesta de Apple
Apple ha respondido a la política de Trump con una presentación de una nueva inversión de 100.000 millones de dólares adicionales en Estados Unidos. Este aporte se suma a otro anterior de 500.000 millones de dólares. Es decir, en total la cifra se eleva a 600.000 millones de dólares durante los próximos cuatro años. El plan se enfoca en expandir la cadena de suministro de la corporación y la manufactura avanzada en el país.
Tim Cook, CEO de Apple, se reunió con Trump en la Oficina Oval. Allí, Cook le presentó una placa circular de vidrio con el nombre del presidente grabado, montada en oro de 24 quilates. Con este gesto, la tecnológica busca un alivio de los inminentes aranceles.

El vínculo de Apple se canaliza a través del Programa de Manufactura Estadounidense (American Manufacturing Program, AMP). Como parte de dicho programa, la firma comentó una serie de acuerdos con sus socios. El compromiso incluye una inversión de 2.500 millones de dólares con el fabricante de vidrio Corning, para que el vidrio de los modelos de iPhone y Apple Watch se fabrique en la planta de la empresa en Kentucky, Estados Unidos. Asimismo, la compañía también firmó acuerdos con otros socios de la cadena de suministro, como:
• Samsung Electronics para la fabricación de chips en Texas.
• Texas Instruments para la manufactura de componentes en Utah y Texas.
• GlobalWafers para la producción de wafers de silicio en Texas.
• GlobalFoundries para aumentar la producción de tecnologías inalámbricas y componentes de gestión de energía en Nueva York.
• Applied Materials, el principal productor estadounidense de equipos para semiconductores, para producir más equipos en Austin.

El analista de Wedbush Securities, Daniel Ives, describió el anuncio de Apple como un paso en la dirección correcta para ponerse "del lado bueno de Trump". En esa misma línea, Nancy Tengler, CEO and CIO of Laffer Tengler Investments, consideró: "El anuncio es una solución inteligente a la demanda del presidente para que Apple manufacture todos sus iPhone en Estados Unidos".
Por su parte, Tim Cook aseguró que muchos componentes del iPhone, como semiconductores y módulos de identificación facial, ya se producen en el país. Sin embargo, afirmó que el ensamblaje final de los dispositivos se mantendrá en el extranjero "por un tiempo". A pesar de la presión política, los expertos coinciden en algo: la fabricación total de los iPhone en Estados Unidos sigue sin ser realista. Los altos costos laborales y la complejidad de la cadena de suministro global son algunos de los motivos principales.

Fuentes: Bloomberg[1] - Bloomberg[2] - Reuters [1] - Reuters [2] - Reuters [3] - The Verge