La adopción de IA avanza rápidamente, pero se requieren cambios organizacionales y sobretodo culturales significativos para escalar su uso. McKinsey destaca que solo el 58% de las empresas en América Latina han adoptado IA, comparado con más del 70% en otras regiones.
En Chile, el impulso hacia la adopción de la IA se debe principalmente a la necesidad de mantenerse competitivos en el mercado global, mejorar la eficiencia operativa y optimizar la toma de decisiones. Las empresas chilenas reconocen el valor de la IA, y el 64% de los directores la consideran una tendencia clave para sus negocios. Además, la accesibilidad a plataformas tecnológicas en la nube y casos de uso prácticos, como asistentes virtuales y chatbots, han facilitado su implementación inicial.
Más aún, algunos sectores como los servicios financieros, la minería y la energía han liderado esta adopción. Por ejemplo, el 61% de las empresas financieras y el 52% de las empresas de minería y energía ya utilizan IA generativa. Sin embargo, según un estudio de Deloitte, menos de la mitad de las empresas chilenas, específicamente el 43%, ha adoptado IA generativa, lo que indica que aún hay camino por recorrer.
Lo cierto es que las empresas en Chile no están completamente preparadas para la adopción masiva de IA. Aunque hay avances, faltan inversiones en infraestructura tecnológica, capacitación de talento, creación de marcos de gobernanza para mitigar riesgos como la inexactitud y privacidad de datos y una madurez cultural que permita la innovación y cambios.
En efecto, la escasez de profesionales capacitados en IA es uno de los principales obstáculos. El 69% de las empresas enfrenta dificultades debido a la falta de habilidades técnicas dentro de sus equipos.
Asimismo, un 31% de las empresas no ha definido un presupuesto específico para IA generativa, y solo el 19% ha invertido más de $51 millones en este ámbito en 2023. La falta de recursos financieros para innovación limita la capacidad de adopción y expansión de esta tecnología. A esto se suma que el 69% de las empresas considera la seguridad de los datos un reto crítico para la implementación de la IA.
Con todo, la adopción de la IA no solo implica implementar nuevas tecnologías, sino también realizar cambios profundos en la cultura organizacional para movilizar y alinear los comportamientos organizacionales que apalanquen la adopción. Por tanto, es necesario un mayor entendimiento de cómo esta tecnología puede integrarse en los procesos, en las personas y generar valor en el negocio. Es fundamental, incorporar una gestión del cambio estructurado con indicadores de adopción tecnológica, según los niveles de madurez y capacidad de aprendizaje de cada empresa.
Este, sin duda, es uno de los mayores desafíos. ¿Cómo movilizamos las palancas de cambio para generar una adopción tecnológica exitosa, con conductas de cambio alineados a la estrategia?. Sabemos que muchos proyectos tecnológicos fracasan precisamente por una inadecuada gestión del cambio que impide que las personas adopten nuevas formas de trabajar y logren nuevas maneras de hacer las cosas de forma efectiva y sostenible.